Durante los últimos meses del año 2011 la atención de Latinoamérica estuvo
centrada en Colombia. En aquella ocasión los estudiantes se levantaron pacíficamente
para protestar contra la reforma a la Ley 30 de 1992, reforma educativa de orientación
neoliberal que intentaba llevar a cabo el Gobierno Nacional.
Dicha protesta, en la que los estudiantes
contaron con el apoyo incondicional de múltiples sectores sociales, tuvo una
trascendencia indiscutible, pues no solo lograron que fuera escuchada la voz de
la población, sino que además lograron archivar la reforma.
Sin embargo, lo que más llama la atención en
este hecho es la manera en que los jóvenes buscaron llevar a cabo pacíficamente
la participación política directa. Actos como el besatón, la participación de
voceros estudiantiles en los debates del Congreso y la creación de la Mesa
Amplia Nacional Estudiantil (MANE), que hoy sigue vigente, fueron fundamentales
para alcanzar sus objetivos, y dieron así un importante ejemplo ante el mundo
que los observaba con expectativa.
En un país que sufre los aberrantes desastres
de guerrilleros, paramilitares y agentes del Estado,
esta generación se levantó para demostrar que se pueden hacer grades cambios pacíficamente.
Estudiante protestando se inclina para besar a un oficial anti disturbios. Bogotá, 2011. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario