jueves, 26 de marzo de 2015

Y todo acabó cuando el partió de mi vida, cuando no lo volví a ver, cuando un beso suyo en la frente no me despertaba todas las mañanas, cuando el primer buenos días no era de él.

Cuando miro mi ventana y veo mucha gente me pongo triste porque entre tanta gente no lo veo pasar con su hermosa sonrisa; miro mis mensajes, me pongo triste porque ninguno es de él, es triste caminar por las solas calles y sin su compañía.


Han sido tantas las veces que he querido buscarlo, decirle que lo amo, que él se llevó una gran parte de mi vida cuando se fue, quisiera decirle que cuando estaba a mi lado todo era color y felicidad, pero ahora que él no está a mi lado todo es negro y triste.

Sé que ha sido culpa de los dos que lo nuestro terminara, pero lo extraño. Y no sé si el me extrañe, no sé si le hago falta en su vida, como él hace falta en la mía. Estoy arrepentida de todo lo que he hecho, sé que hice muchas cosas que lo lastimaron y él también hizo algunas que me lastimaron pero ya lo olvidé; quiero que seamos los mismos; nunca nos importó lo que dijeran los demás, éramos felices siendo nosotros.

Tantas risas, tantos abrazos…

Él  fue, es y será el dueño de mis labios, de mis abrazos, nunca amaré a nadie como a él; él fue la única persona que con una pequeña acción mejoraba mi día.

Lo extraño pero prefiero no molestarlo con melancolía, en otra vida él seguirá siendo el amor de mi vida.    
            

                                                       Por:  Maira González