lunes, 25 de noviembre de 2013

"SIN REMEDIO", LA EPOPEYA BOGOTANA

          

Sin remedio, la única novela de Antonio caballero, es un reflejo irónico, horrido y amargo de la Bogotá de los años setentas, es una epopeya que bien podría llamarse La Bogoteida o La Bogotiada, títulos que también Ignacio Escobar, el héroe épico de esta novela, quiso darle a uno de sus poemas.  Escobar es un poeta de treinta y un años que espera morir tan joven como Rimbaud. Así que es un personaje que prácticamente desde el principio se da por muerto. De hecho, la novela tiene por epígrafe el siguiente fragmento del Apocalipsis: “Conozco tus hechos y sé que tienes nombre de vivo, pero estás muerto”.


Igual que Rimbaud en la Francia del siglo XIX, Ignacio Escobar se siente completamente desadaptado y perdido en  Bogotá. Es por eso quizás que los jóvenes de  varias generaciones nos sentimos identificados con aquel personaje, porque encontramos en esta novela las palabras que tanto habíamos buscado para expresar la angustia y la desazón de vivir en una sociedad tan paranoica, hilarante y discriminatoria  como la bogotana. Una sociedad  en la que se encuentran cara a cara personas de todas las capas sociales y bajo las largas noches de alcohol, drogas y música  resultan envueltas en historias frenéticas  de las que pocos salen vivos, como en una tragedia de Shakespeare.

Lo difícil que resulta escribir poesía se evidencia en la vida de Ignacio Escobar, nuestro héroe épico que vivió entregado al vértigo de la escritura pero que fue, como muchos poetas modernos, incomprendido, marginado y hasta perseguido. ¿Será para siempre este nuestro mal sin remedio?  En esta novela es fácil encontrar el repetido fenómeno en el que el poeta y el mundo son dos entes antagónicos y enfrentados.

Por otra parte, cada personaje en esta novela tiene su propia energía, su propio universo interior, y eso es algo que se logra sólo a través de la riqueza del lenguaje, pues cada uno de los personajes tiene  su particular  forma de expresarse y ver el mundo, de acuerdo a su clase social y la edad. Sin Remedio es casi un canto épico sobre Bogotá, en el que el héroe canta y encarna la angustia de vivir en esta sociedad; es una novela esplendida y genial, que vale la pena leer y releer (hacerlo es un verdadero placer), llena de fulgor poético y digno de una mente brillante como la del escritor colombiano Antonio Caballero, a quien solo le reprochamos su vil defensa de la tauromaquia.    


martes, 12 de noviembre de 2013

ENTREVISTA A MARIO MENDOZA

La importancia de la prosa de Mario Mendoza radica en la profundidad de sus reflexiones y la calidad de sus argumentos. Quien observe una obra literaria, y en general una obra de arte, teniendo en cuenta sólo su forma, se queda atrapado en la apariencia y deja escapar su verdadera esencia, que es lo que realmente importa. Después de leer la obra de Mario, en la que se denuncia la hipocresía, la deshonestidad y la cobardía de la sociedad, ya no volvemos a ver el mundo con la misma ingenuidad de antes, como si aquella lectura nos condujera hacia un despertar y nos quitara de los ojos un venda tejida por la maquinaria de la tradición. Aquella lectura nos abre la conciencia y nos muestra con claridad las contradicciones de aquel sistema que oprime, explota y si es necesario asesina. Y esa debe ser precisamente la función del arte, despertar conciencias, tal y como lo afirma Mario Mendoza en Buda Blues: “solo la lectura y el arte nos pueden defender de la imbecilidad general”, imbecilidad a la que nos quiere conducir la sociedad de consumo.