Frente a la plaza Santa María de Bogotá se reúne un
grupo de novilleros y sindicalistas exigiendo
reivindicaciones laborales. Están en todo su derecho y el Alcalde de Bogotá debe ofrecerles una
pronta respuesta.
Sin embargo, aquel grupo minoritario debe entender que la gran mayoría de la población bogotana no aceptará el regreso de un espectáculo que gira alrededor de la muerte; debe entender que hay una nueva generación gestando un cambio cultural al que ellos deberían que acoplarse; entender que al defender egoístamente sus intereses personales, atentan contra el sueño de una generación comprometida con el progreso social.
Aquella pequeña protesta no es sino un inconveniente apenas comprensible dentro del cambio cultural, tan necesario y reclamado, que se está gestando. Nosotros queremos la Santa María para la poesía y la literatura, no para la muerte.
Al finalizar el contrato con la Corporación Taurina, Bogotá se convierte en la primera ciudad de Colombia en abolir las corridas de toros, en concordancia con las políticas de defensa animal. Ya en otros lugares del mundo como Cataluña y las Islas Canarias, el Estado de Sonora y la ciudad de Xalapa se prohibió la tauromaquia. Esperamos que las demás ciudades del país, siguiendo este ejemplo, se unan al cambio.
Finalmente, César Rincón llama a paro a todos los toreros de Colombia. Nosotros, comprometidos con las luchas sociales, apoyamos el paro. ¡Que paren todos los toreros, pero que paren para siempre!
Sin embargo, aquel grupo minoritario debe entender que la gran mayoría de la población bogotana no aceptará el regreso de un espectáculo que gira alrededor de la muerte; debe entender que hay una nueva generación gestando un cambio cultural al que ellos deberían que acoplarse; entender que al defender egoístamente sus intereses personales, atentan contra el sueño de una generación comprometida con el progreso social.
Aquella pequeña protesta no es sino un inconveniente apenas comprensible dentro del cambio cultural, tan necesario y reclamado, que se está gestando. Nosotros queremos la Santa María para la poesía y la literatura, no para la muerte.
Al finalizar el contrato con la Corporación Taurina, Bogotá se convierte en la primera ciudad de Colombia en abolir las corridas de toros, en concordancia con las políticas de defensa animal. Ya en otros lugares del mundo como Cataluña y las Islas Canarias, el Estado de Sonora y la ciudad de Xalapa se prohibió la tauromaquia. Esperamos que las demás ciudades del país, siguiendo este ejemplo, se unan al cambio.
Finalmente, César Rincón llama a paro a todos los toreros de Colombia. Nosotros, comprometidos con las luchas sociales, apoyamos el paro. ¡Que paren todos los toreros, pero que paren para siempre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario