Durante
esta semana varios medios de comunicación han divulgado los chats que la adolescente Danna Liseth Montilla sostuvo con su maestro de escuela, antes de
que fuera reclutada por un grupo armado en zona rural del Guaviare. Varios de
estos medios han develado también que dicho docente, al ver que Danna Liseth
había sido reportada como retirada de la Institución, activó la ruta de
reclutamiento. Esta ruta involucra al Alcalde
Municipal, su Secretario de gobierno, el defensor del pueblo, un representante
de ICBF y el personero. Sin embargo, todas estas entidades estatales escatimaron
evidentemente en brindar una ayuda oportuna y eficiente. Y en vez de ello, una
orden del Ministerio de Defensa dejó caer el fuego de sus aviones sobre esta
adolescente que murió el 2 de marzo. El bombardeo lo llevaba a cabo el Gobierno
contra disidencias de Gentil Duarte en el municipio de Calamar.
No
podemos menos que expresar aquí nuestro dolor ante la sangre joven e inocente
derramada sobre la tierra de los campos.
Y al mismo tiempo, no podemos dejar de preguntar, ¿cuántos niños ha asesinado
el nuevo ministro de defensa en el corto tiempo en el que ha ocupado dicho
cargo? Estas muertes, para colmo del cinismo, parecen llenarlo de orgullo, pues
ha llamado “máquinas de guerra” a los menores
de edad asesinados por el Estado. Tal es la enfermedad y la locura generada por
el odio y el deseo de exterminio. Y a estas
víctimas deben sumarse los niños y adolescentes muertos en los bombardeos ordenados
por el anterior ministro de defensa.
Las
políticas de la extrema derecha colombiana, que gira alrededor de Álvaro Uribe
Vélez, son políticas de criminalidad, tal y como lo podemos evidenciar, por
ejemplo, gracias a las evidencias –aportadas
por la JEP- de las más de seis mil víctimas de ejecuciones extrajudiciales, mal
llamadas falsos positivos. Por eso,
quisiéramos también aquí preguntarles a
los que apoyan el uribismo: ¿hasta cuándo se van a cansar de tanta destrucción,
desplazamiento forzado y muerte?, ¿hasta cuándo se van cansar de apoyar a un
grupo político relacionado en tantas denuncias, como en la del caso de la
ñeñepolítica, con el narcotráfico?, ¿hasta
cuándo van a apoyar a esta degradada clase política relacionada con hechos tan sangrientos
como la masacre del Aro y los sistemáticos asesinatos de testigos?, ¿cuántos
niños más tienen que morir en medio del conflicto para que se cansen de estas
políticas de guerra?
Las
próximas elecciones presidenciales ya son centro de discusión dentro de los
grupos de extrema derecha. Los resultados de sus políticas han sido tan
nefastos que sin problemas nos atrevemos a afirmar que apoyar el uribismo en dichas elecciones es
darle continuidad durante un periodo más a la invasión del narcotráfico y el
paramilitarismo a las instituciones. La mafia, involucrada incluso con el clan
de Sinaloa, quiere permanecer eternamente adherida al poder.
También
quisiéramos, ya para terminar este ejercicio de libre expresión, preguntarle al
presidente, que no ha hecho otra cosa que comportarse como un actor mediocre
para mantener en la oscuridad las dinámicas de la mafia que está en miras de la
JEP, ¿a cuántos niños ha hecho padecer bajo el ruido de sus bombas?, ¿cuántas
vidas inocentes han segado sus aviones y
el fuego del Estado esta semana? La
sangre corre y mancha las aguas de la historia y las paredes del Palacio.